La Investigación de Arte como Malversación de Fondos. Justo Pastor Mellado. Julio 2005 ELos artistas-docentes universitarios de las universidades tradicionales, inventaron una fórmula de gran eficacia para obtener suplementos salariales. Lograron después de arduas negociaciones, con la oposición de los decanos de ciencias duras, pero que entendieron que finalmente debían compensar la situación desmedrada de las artes en la universidad, que la Creación Artística fuese equiparada a la Investigación Científica. Eso, en el papel, se lee muy bien. Y, justamente, solo es una cuestión de papel. Porque la equiparidad a nivel de un decreto universitario no se compadece con la equiparidad epistemológica. Es absolutamente imprescindible realizar un estudio, que considere los últimos diez años de atribución de Fondos Concursables Internos, destinados a Artes Visuales. ¿Las universidades estarían dispuestas? ¿Cual sería el objeto de semejante estudio? Responder una pregunta muy simple: ¿los proyectos atribuidos han significado una elevación de los rangos de conversión de la creación en investigación? Es decir, ¿los proyectos corresponden a procesos de investigación-creación, en términos estrictos, o bien solo son plataformas sustitutivas de difusión de obras? Por ese solo hecho, los fondos de investigación serían suplementos salariales. De ahí, la necesidad de evaluar la densidad del concepto de "investigación artística". Se suele escuchar a docentes-artistas que la investigación es propia de la creación. Falso. La creación involucra procedimientos investigativos propios, que no son acreditables en un marco de "investigación académica". La creación tiene como propósito, justamente, "producir" obra. La investigación supone Producción de Conocimiento. En la creación hay un conocimiento implícito que, de forma automática, no es reversible en Producción regulada de conocimiento; que posee, por lo demás, un efecto docente específico. Por eso hay que separar la creación de la investigación, en la escena universitaria de arte, porque se ha prestado para reducir la investigación a un formato de cumplimiento de cuotas difusivas. Resulta una frescura que un artista-docente haga pasar por investigación, un simple procedimiento de habilitación de su obra. Es decir, respecto de su obra, con su deber no más cumple. Pero encontró en la burocracia universitaria, la manera de falsear legalmente su propósito y validar la mediocridad de su posición. Es más que probable que los artistas-docentes que más proyectos de investigación han obtenido, carecen de real inscripción en la escena de arte. Espero ser desmentido. Pero la evaluación debe ser realizada en estos términos. Lo anterior se conecta con el cumplimiento del propósito del Fondart en artes visuales. Del mismo modo, resulta necesario evaluar el impacto que cada proyecto ha tenido para el desarrollo del propio campo de arte. Sobre todo, en lo relativo a Creación y a Experimentación. Porque un leve recorrido por la lista de proyectos durante la existencia del Fondart, no corresponde ni a Creación ni a Experimentación, sino tan solo a Difusión y Producción de Exposiciones. Eso está muy bien. Pero no hace avanzar la Creación Chilena, en un rango que signifique, por ejemplo, hacerse reconocer en el concierto de la producción internacional. Escribo bien: PRODUCCIÓN. No Difusión ni Expansión Editorial. La Investigación Universitaria en arte, así como el Fondart en artes visuales, son operaciones que, desde el punto de vista jurídico, caben dentro de la MALVERSACIÓN DE FONDOS. Tan simple como eso. Se pide plata para una cosa, pero se hace otra, de menor rango, de menor calidad, cambiando el objetivo a medio camino. La investigación en arte, en Chile, siempre está, a medio camino, de todo. |
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