Informe Tapia (2).
Justo Pastor Mellado.
Agosto 2005

He leído algunos comentarios sobre "Informe Tapia" (La calabaza del diablo), de Marcelo Mellado. Hay uno, en particular, que ha llamado mi atención. Aparece en Revista PAUSA (junio, 2005), órgano oficial del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes. Ha sido el artículo firmado por el crítico Alvaro Bisama. Su título es "Salvar la Patria (Cinco notas sobre Marcelo Mellado y su informe Tapia)".

Allí hay dos notas con las que, fraternalmente, no estoy de acuerdo. Una se refiere a la filiación estricta que tiene "Informe Tapia" con las novelas de espionaje, al punto que menciona la anticipación modelizante de Ian Fleming. La otra reconoce en "Informe Tapia" una completación de la estrategia de metaescritura ya patentada por Zurita, Eltit y otros.

Atribuir una dependencia a Fleming significa privilegiar la versión discursiva de la Inteligencia británica en un marco de guerra fría. Esto posee una importancia capital, ya que Marcelo Mellado opera desde antecedentes que lo vinculan a la política de Inteligencia del Ejército rojo en los territorios ocupados por los nazis. La diferencia política y conceptual resulta capital para entender las dependencias programáticas de la novela.

El título "Informe Tapia" remite, en primer lugar, al proto-relato de las Jornadas del primero de mayo en Karkhov, como un clásico de la teoría leniniana del partido, en que específica el rol de los corresponsales obreros en el frente cultural. No sería tanto Fleming sino la bolchevización de las estructuras literarias la que determinaría la densidad narrataria de "Informe Tapia". De hecho, Tapia viene a ser una versión criolla de Trepper, el organizador de la red de espionaje soviético en la Europa ocupada. Es sobre el ejemplo orgánico de Trepper que Marcelo Mellado construirá la estrategia de conversión de una estructura sindical en agrupación cultural, en el nuevo territorio ocupado por la gestión del concepto de Aparato Oficial. El país entero ha sido ocupado por lo cultural. Tapia se encargará de hacer existir una organización de resistencia, semiotizando el desplazamiento de lo político, como pérdida instituyente.

Lo anterior se verifica en las diferencias epistemológicas reveladas en la discusión sobre el diagrama del menú, para hacerse cargo del cóctel el día de la inauguración del encuentro de poetas. El conflicto de interpretaciones se originó en la primera propuesta gastronómica, que era "mediterránea" (liviana, sana y primaveral), la que fue rechazda por la superestructura de la Agrupación, que terminó haciendo una contrapropuesta "más típica", centrada en las carnes de cerdo, en las empanadas, los panes amasados y e pebre. Como una muestra de entreguismo a las posibles críticas de unos dudosos Poetas del Litoral, incluyeron un ceviche de merluza y algunos mariscos típicos.

La propuesta gastronómica ya anticipaba el carácter del conflicto entre las dos agrupaciones de poetas de las cuencas del Maipo y del Maule. La gastronomía opera en la novela como el espacio preparatorio a la habilitación de la metáfora de la Política de las Alianzas en el terreno de la enunciación.

En cuanto a reconocer en la novela la completación de un modelo metaliterario ya patentado por Zurita, Eltit y otros, sostengo más bien que la sola distinción de las cuencas poéticas (Maule/Maipo) es una manifiesta crítica paródica a la "teoría de los ríos" de la poesía chilena de Zurita. Lo que hace Marcelo Mellado es plantear una vertiente que no completa las determinaciones lenguajeras de la Eltit inicial de "Lumpérica", organizada en torno a la recuperación maniquea del dispositivo fotográfico (negativo/positivo), sino que instala una topografía literaria de nuevo tipo, subordinada al modelo del "informe político" como género literario.

El repliegue de lo sindical y su relocalización orgánica en una agrupación de poetas apunta a recomponer el andamiaje de las iniciativas políticas encubiertas para intervenir en el desmontaje de los simulacros espectacularizantes del concepto de "política cultural".