De lo que debo hablar en Bogotá (2) .
Justo Pastor Mellado.
Noviembre 2004

¿Por qué insistir en las palabras "mirada americana" en Bogotá? Se habla a una comunidad específica, sobre temas específicos. Es decir, voy a Colombia leyendo en los surcos abiertos por otros. José Ignacio Roca me conduce hacia la obra de Oscar Muñoz, a quien debo poner en relación con Dittborn. Porque lo que hace Oscar Muñoz es dar cuenta de las amenazas simbólicas a la estabilidad de los soportes de la imagen. Mientras que Dittborn enfatiza sus investigaciones en los procedimientos de reproducción y en la estabilidad de su soporte. Ambos están atravesados, en sus obras, por el "significante Viernes".

En Chile, poco se conoce de la obra de Oscar Muñoz. Diré que he descubierto una exposición suya en 1987, en Galería Epoca, de Santiago. Ni nos enteramos. Hay que estudiar por qué. A veces, exponer no Es simplemente colgar, sino construir unas correspondencias. La coyuntura no estaba para favorecer correspondencias. Ese Es un asunto de la escena chilena. Casi veinte años después, esas correspondencias son posibles `porque los sistemas de intercambio de la información sobre arte latinoamericano han acelerado su régimen. Aunque dicha aceleración haya que aceptarla como efecto de la acción de instituciones estadounidenses. O sea, ha sido preciso estar en Houston para conocer el libro que María Iovino hizo sobre la obra de Oscar Muñoz. Pero además, que Carmen María jaramillo me lo mostrara, en un descanso, en un coloquio, para saber que de esto era lo que había que hablar: de los coloquios como forma "arcaica" de fortalecimiento de las redes de información. Sin embargo, el ejemplar estaba destinado a la biblioteca del Museo de Fine Arts . De este modo, faltaba que María Inés Sicardi, de Sicardy Gallery, me obsequiara su único ejemplar, para que yo pudiera preparar estas conferencias. O sea: había que ir a Houston para saber de Oscar Muñoz y poder hablar en Bogotá. Pero es así como funcionan las comunidades de pensamiento. La pasión por las conexiones metodológicas habilita redes de trabajo que comprometen líneas de investigación de largo plazo.

Ha sido en Houston, un mes antes de mi encuentro con Carmen María Jaramillo, que tomé conocimiento directo de dos obras de Beatriz González, que solo conocía mediante reproducciones. Se trataba de Mutis por el foro y Gratia Plena . Obras de 1974 y 1973, que apenas se conocen en Chile. Pero en Houston estaban en el hall de entrada a la exposición INVERTED UTOPIAS. Es así que la aceleración de mi conocimiento de estas obras colombianas pasa por Houston y el proyecto Recovering the critical sources of latin american and latino art .

Si en Oscar Muñoz, el fantasma de la ininscripción ordena el trabajo, en Beatriz González, la representación de la línea se fortalece por el procedimiento de fijación de la imagen sobre un soporte de gran estabilidad: el mobiliario.

De eso debo hablar en Bogotá: de cómo, los muebles de Beatriz González son piezas de grabado desplazado. Mejor dicho, obras en las que (se) trabaja la cuestión de la ntransmigración tecnológica, desde la cita que hace a los procedimientos empleados en la industria del mueble y en la marquetería. Es decir: importancia de la manufactura del calce.

Si en Oscar Muñoz y Eugenio Dittborn el "significante Viernes" fija la analítica de sus trabajos, en Beatriz González, el "significante mobiliario" sostiene el diagrama de la casa del arte .

De este modo voy preparando la escena. Sin embargo, hace falta un cuarto referente: Antonio Berni. No es mi intención informar sobre la obra completa de Berni. En función de lo que deseo conectar, Es necesario plantear la coyuntura de 1962, cuando Berni gana el premio de dibujo y de grabado de la Bienal de Venecia.

David Elliot, en el ensayo que escribe para la muestra Argentina 1920-1994 , organizada por el Museo de Arte Moderno de Oxford (1994), señala lo siguiente: "en el contexto artístico del momento, parodia la ingenuidad política del gran arte Pop norteamericano". Habrá que pensar, en términos generales, en cómo, la parodia es la plataforma con el arte latinoamericano revierte, subvierte, transgrede, invierte, la lógica hegemónica del arte estadounidense, más allá de lo imaginable.

¿Qué son, los muebles de Beatriz González? Pensamientos paródicos objetualizados. Dispuestas como estaban en la exposición de Houston, las obras de Antonio Berni y Beatriz González operan la crítica al gran sistema de trasnferencia informativa, en los años Sesenta-Setenta, mientras Dittborn y Muñoz lo hacen en las coyunturas de los Ochenta y de los Noventa. Esta manera de presentarlos puede resultar cronológica, pero no lo es. Mi plataforma Es diagramática: de la amenaza de ininscripción al deseo de casa. Berni, con la ficción de Juanito Laguna y Ramona Montiel, marca unas escenas de "mobiliario precario". Finalmente, su parodia del gran Pop es una táctica de re-encubrimiento.

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