Un frenesà de viajes (que no termina) me ha impedido en las últimas semanas actualizar esta bitácora. Compenso ahora con la noticia de uno de los motivos para tanto trajÃn: “Neocriollo”, la exposición de Mónica Giron (sin tilde pero aguda) que, como curador, inauguré el jueves 18 de octubre en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). El párrafo anterior corresponde a un texto que Gustavo Buntinx publica en http://micromuseo-bitacora.blogspot.com/ Recurro a este recurso para recuperar la continuidad de mis entregas a este sitio. Al igual que Buntinx, un frenesà de viajes me ha impedido escribir sobre la contingencia del arte chileno y latinoamericano. Buntinx es uno de los motivos de tanto trajÃn. He tenido el privilegio de asistir a la exposición de Mónica Giron y apreciar el trabajo curatorial de Buntinx, con quien hemos compartido las vicisitudes de la Bienal de Valencia 2007. En esa ocasión, Buntinx montó la experiencia extraordinaria que realiza desde hace años en Lima: MICROMUSEO. En lo que a mi respecta, monté junto a Ticio Escobar una obra-institucional que denominamos Complejo Museo del Barro. Pero en Buenos Aires, coincidimos en la reunión anual del Proyecto de Archivo Digital que desarrollamos en el marco del Instituto de Arte Contemporáneo de las Américas (ICAA). Buntinx dirige el equipo de investigadores peruanos que estará encargado de realizar el relevamiento de la bibliografÃa del arte peruano contemporáneo. El equipo chileno, dirigido por Alberto Madrid, ya ha entrado en la etapa de conclusión de su trabajo, asà como el de Argentina y México. Junto al de Perú, han comenzado a operar los equipos de Brasil, Venezuela y Colombia.
Debo mencionar que, el año pasado, para mi participación en la reunión que el proyecto documenta 12 magazine realizó en Hong-Kong, la ayuda de Buntinx fue clave para montar allà la hipótesis sobre “la modernidad como ruina anticipadaâ€. Ahora descubro en su blog el retruécano de esta frase para designar un nuevo tipo de investigación-intervención del propio Buntinx, ligada a los viajes curatoriales pensados como vectores de intervención y de conocimiento de las comunidades artÃsticas locales. Recomiendo la visita del blog que edita Gustavo Buntinx porque constituye uno de los espacios editoriales independientes más significativos de la escena latinoamericana. Sostengo que su preocupación por el arte argentino es compartida y configura una trama de relaciones de trabajo que nos permite sostener iniciativas de producción de infraestructura para edificar una recomposición de los relatos.
Es una brillante ponencia de Buntinx en Austin, hace algunos años, la que me pone en la perspectiva del viaje que Lincoln Kirstein realiza por América Latina durante la Segunda Guerra. En el curso de ese viaje se dedica a adquirir algunas obras para la colección de arte latinoamericano del MOMA. En ese momento, lo que compra Kirstein es Herrera Guevara, lo que al parecer motiva las furias de quienes detentan el poder académico en la Facultad. Todo indica que dicho poder es visto con malos ojos por profesores extranjeros invitados que, como Stanton Catlin, señalan el excesivo peso que juega la universidad en la organización del campo cultural. ¡Estamos hablando de la década del cuarenta! Entre lÃneas puede leerse que dicha observación señala aquellos obstáculos que puede llegar a tener la “intervención extranjera†en el campo plástico.
TenÃa yo que escuchar a Buntinx en Austin para confirmar lo que sospechaba acerca de la escena plástica de ese perÃodo. Es asà como se realizan los cruces y las interlocuciones, en el marco de un trabajo sobre el modo cómo se construyen las propias escenas, como fue el caso que relata Buntinx en el libro que le dedica al grupo de artistas E.P.S. HUAYCO, que en los setenta-ochenta establecen las coordenadas de una contemporaneidad peruana que se trama con experiencias nuestras, formando un mapa de productividades que no es tomado suficientemente en cuenta por la endémica historiografÃa local.