SPRÃœNGLI SCHOKI.

En Terremoto de Chile –la muestra de artistas chilenos en la Trienal de Chile-, Patrick Hamilton exhibe Proyecto Lanz. Este consiste en una serie de pinturas con témpera de diversas imágenes de tractores Lanz, modelo Bulldog, con las que repleta un muro completo, delante del cual dispone un cigüeñal del mismo vehículo “bañado en oro”. En la 7ª Bienal del Mercosur, en Porto Alegre, Ingrid Wildi presenta un montaje en el que aparecen fragmentos de su video Portrait oblique.

Ingrid Wildi es una artista suiza nacida en Chile. ¿O es una artista chilena que reside en Suiza? Esta pregunta adquiere sentido en el marco de las luchas de clases en el campo de arte. En sus videos el motor se localiza en el frente a frente de los entrevistados. Ella, podría decir, hace entrevistas, en las que toma simultáneamente el rol del editor/espectador. En este caso, el entrevistado habla de cómo fue interpelado por dos policías suizos frente a la vitrina de la chocolatería Sprüngli, en Paradeplatz (Zurich). Le pidieron los papeles y lo increparon porque su nombre suizo no correspondía, a sus pareceres, con el genotipo del sujeto. Tenía nombre suizo-alemán, pero no parecía suizo-alemán. Los policías, insatisfechos de tener que dejarlo ir, sin embargo lo conminaron a abandonar ese lugar. El entrevistado decía en cámara, una frase así como “si yo solo estaba mirando unos chocolates”. Las palabras que escuché fueron “Sprüngli schoki”, como si fueran un santo y seña que no fue tomado en consideración por los policías.  El video hace referencia a algo que no es mostrado, sino solo mencionado en un relato cuya proximidad está sujeta a las inflexiones de una lengua mal dominada. No era posible que tuviese un nombre suizo-alemán, y hablara de modo deficiente. Eso es todo.

¿En qué punto hago la relación entre la obra de Ingrid Wildi y Patrick Hamilton? En que el incidente del entrevistado por Ingrid Wildi tiene lugar en la Paradeplatz, en cuyos subterráneos se ubican las bóvedas de los principales bancos suizos. Arriba, el entrevistado miraba los papeles dorados que cubrían chocolates inalcanzables; debajo de sus pies se organizaba el encubrimiento de las barras de oro que por años los banqueros suizos negaran. Provenían de cuentas de ciudadanos de origen judío, que los banqueros suizos negaron tener durante décadas, hasta que una gran investigación logró demostrar la participación de estos en el blanqueo de grandes cantidades de oro depositada por los nazis. Los banqueros suizos tuvieron que pagar millones de dólares en indemnización a familiares de personas judías que habían sido eliminadas  en los campos de exterminio. Eso ya es de conocimiento común. La vitrina de Srüngli Schoki se levanta sobre la memoria de ese pasado cercano.

Me resuenan las palabras Sprüngli Schoki y se interfieren con las noticias que se tiene sobre alemanes que en Chile se han dedicado a comprar tractores marca lanz del año 1945, mejor conocidos como Lanz Bulldog 1945. Estos individuos buscaban cigüeñales que tuvieran números de serie terminados en 707 y 747.   Tanto es así, que en mayo del 2006, TVN transmitió una nota sobre este asunto, en que informaba que el oro habría sido fundido en piezas de los tractores. En cada vehículo habría aproximadamente  2 kilos de oro. Esa  sería  la razón de las grandes sumas pagadas por cada tractor. Se estima que en Chile más de 1000 tractores Lanz BullDog 1945 han sido comprados y enviados de vuelta a Alemania. Pero lo que importa para este trabajo de conexión formal, es que lo que aquí se plantea es una situación que no es habitual.  El tractor Lanz es un producto que una vez importado a Chile, sesenta años después es exportado a su país de origen. Lo que salta a la vista es la inversión de un proceso de recuperación de objetos que corre en paralelo a un tipo singular de inversión migratoria. La propia Ingrid Wildi, cuyo apellido es de origen suizo, regresa al país de origen de su padre, en una operación de regreso forzado en los años de la dictadura,  en la que siendo portadora de un pasaporte suizo, tendrá que aprender la lengua de su país de recepción, para impedir que la policía le revise los papeles y le haga observaciones sobre lo que considera una inconsecuencia entre el nombre escrito en ellos y su fisonomía como artista.

Sprüngli, es una palabra del dialecto suizo-alemán que significapequeño origen.

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