El título del texto de Adriana Valdés es definitorio para entender cuál ha sido su posición en este terreno. El artista terminó poniéndose a los pies de la letra. No del discurso. ¿No estará sosteniendo Adriana Valdés que la posición del artista respecto de la teoría ha sido “literal”? En algún lugar comparto dicha sospecha. Pero el título no puede hacerse cargo de un período tan “largo”. Coincido en el sentido inicial que tiene en su texto la hipótesis sobre la “cadena de ideas”. Me baso para ello en un notable texto que Adriana Valdés escribe para el primer numero de “La Separata” y que lleva por título “Caption es palabra capciosa”. Es un brillante texto sobre el estatuto del pie de foto y está publicado como si fuese el plinto tipográfico de la foto de Leppe con su madre sentados en el parque. ¿Quién no conoce esa foto? ¿Quién no conoce ese texto? Y si no, debiera ser un texto obligatorio en todo curso de “textos de arte” en la academia chilena de la enseñanza. Y que no se lea esto como sarcasmo. Para eso, no vale la pena anunciarlo tanto. Lo que sostengo es que “Caption es palabra capciosa” define el carácter de este otro texto “A los pies de la letra” y que hace repercutir la frase de Díaz como académico, cuando titula una de las colecciones de sus múltiples iniciativas editoriales “al pie de la letra”. Y esto si puede ser leído como chiste, pero lo anuncio como recurso de ablandamiento, la fascinación en el ambiente que domina las relaciones entre arte y texto por la palabra “letra” proviene (también) de la posesión en las estanterías, a lo menos, del texto de Lacan “La instancia de la letra en el inconciente o la razón desde Freud”, que aparecía en una primera edición de los “Escritos”. En francés, por supuesto.
No es este el lugar más apropiado para analizar las proyecciones de “Caption es palabra capciosa”. No es primera que señalo su importancia. A lo que apunto ahora es al valor de los pies en la frase. Porque una de las operaciones de desmontaje que hacía Dittborn en esa coyuntura era la de separar las palabras y aislarlas del sentido original, para hacerlas operar como vector de nuevas relaciones. Es el caso, en la época cercana a la publicación del primer numero de “La Separata”, de la puesta en circulación de libros únicos de Dittborn, en una de cuyas páginas debo haber leído la frase “Huella de pies desnudos sobre la arena”.
¿Podemos reconstruir, entonces, una “cadena de ideas” inconciente entre Adriana Valdés y Dittborn, en la coyuntura del 81? Probablemente que si. Los pies de Dittborn han sido identificados como huellas en la masa textual de Daniel Defoe. Ya lo hemos señalado tantas veces., Pero la cita es exacta en relación a la matriz conceptual de Dittborn: el aparato del grabado. Existen, según esto, “cadena de ideas” inconcientes entre autores anónimos y artistas identificados, respecto de los cuáles un escritor de arte a veces no es más que acelerador de conexiones de lectura. Aún así, la validez de la cita de la novela “Robinson Crusoe” pone en veremos el estatuto del “buen salvaje” en la práctica artística. De ahí el espesor de la cita y de la segmentación de la frase “pie de la letra”.
Lo espectacular de la vigencia programática de los títulos es que operan en unas temporalidades extremadamente condensadas. Pongo en relación, en Adriana Valdés, un titulo de 1981 que garantiza la edición de otro título en el 2006, de un modo análogo a cómo el propio Eugenio Dittborn establece un puente entre la frase “huellas de pies desnudos sobre la arena” de 1981 (aprox.) y la edición de “Vanitas”, el libro de textos que publica un mes antes del lanzamiento de “Copiar el edén”.