Ya he mencionado que el libro de Cecilia Vicuña fue publicado en 1973/74 por Beau Geste Press/Libro Acción Libre, la editorial mimeográfica fundada por Felipe Ehrenberg, en Londres. Este se encontraba entre los miles de mexicanos que abandonaron el país después del estallido del Movimiento Estudiantil y la matanza de Tlatelolco.
En México, para eludir la mordaza que le impedía a las imprentas ofrecer sus servicios a los opositores, las bases recurren al mimeógrafo para imprimir y hacer circular la palabra reprimida, mediante hojas volantes y folletos. Dicha producción alcanza una importancia tal, que la policía reprime la propiedad de los mimeógrafos en manos de particulares. Berta Navarro, amiga de Felipe Ehrenberg, es arrestada por transportar un mimeógrafo en su auto.
Una gran cantidad de consignas, denuncias y convocatorias a movilizaciones se expresan en imágenes impresas en un medio destinado principalmente a reproducir (miméticamente) la tipografía mecanografiada sobre un stencil. Sin embargo, este soporte de trabajo gráfico en manos de los artistas se convertirá en una herramienta fundamental para trabajos de intervención gráfica que se desmarcarán de la tradición del grabado. La tecnología menor del mimeógrafo revela sus capacidades solo a partir de su empleo por los artistas.
Felipe Ehrenberg se encontraba en 1969 en Londres. A la vuelta de su departamento en Islington, encontró en una tienda de segunda mano un mimeógrafo Gestetner que costaba 50 Libras. Adquirió el aparato, sobre todo porque podía disponer de una herramienta cuyo manejo en México era reprimido. Y luego, porque le permitía realizar trabajos gráficos trabajando directamente sobre el stencil como si fuera una matriz de grabado. Pero había descubierto la tolerancia limítrofe de una tecnología con la que obtenía unos resultados que la industria no había previsto.
Bautizó el Gestetner como “Beau Geste (the groovy Gestetner)” y lo puso a trabajar. La primera publicación fue DT (Documento Trimestral), con la que planeaba recoger los apuntes y notas de campo de latinoamericanos que pasaran por Londres. Entre ellos se encontraban gente como Fernando del Paso y Juan Carlos Becerra.
En 1971 Beau Geste se trasladó a Devon, donde en una amplia y vieja casona es convertida en un colectivo de amistades afines. Es allí que se conecta con el proyecto, Ulises Carrión, un poeta que se había propuesto la posibilidad de ser poeta mexicano aún sin usar el español como herramienta lingüística. En un corto tiempo fue diseñado el plan para publicar su primer libro. Hoy, en la 5ª Bienal del Mercosur, el envío mexicano exhibe una muestra de Ulises Carrión, al cuidado de Marta Héllion.
En 1976 Felipe Ehrenberg regresa a México, donde no cesa su actividad editorial en “tecnología gestetner”. En 1979 viaja a Nicaragua donde colabora con el gobierno sandinista en la elaboración de un “manual para editoriales mimeográficas” que se distribuye por todo el país. Es en 1980 que funda en México, los Talleres de Comunicación Haltos2Ornos (H2O).
En la sección Mapa de las Artes me he referido al caso de Huayco EPS, cuya historia ha sido relatada por Gustavo Buntinx. Lo que se debe conectar con la iniciativa de H2O, desarrollada en los años 80 por Felipe Eherenberg, es el trabajo de promoción de tecnologías comunicativas que Mariotti realiza en comunidades campesinas del altiplano peruano durante el gobierno de Velasco Alvarado. Del mismo modo, sugiero recuperar como síntoma de este proceso, la Operación Saltamontes, desarrollada en un sentido análogo al de Mariotti, pero realizada en sectores poblacionales urbanos de Santiago de Chile, por un grupo minoritario de la Consejería Nacional de Desarrollo Social durante el gobierno de Salvador Allende. Sin embargo, es preciso hacer una distinción importante: Felipe Ehrenberg trabaja con stencil mimeográfico, mientras que los restantes lo hacen promoviendo la serigrafía. En este sentido, me resulta posible hablar del stencil Gestetner como “serigrafía de bolsillo”.
En el 2004, en el Coloquio Arte y Política, introduje la noción “inconsciente mimeográfico” para referirme al culto que la izquierda chilena le rendía a dicha tecnología, empleada en la reproducción del género literario del Informe Político. No hay posibilidad de conceptualizar este género sin referirse a su dependencia material de la reproductibilidad mimeográfica. La mímesis de la dactilografía en american type writer la dotaba de un quantum de verosimilitud entre analítica de la coyuntura y ciencia de la consigna accional. Lo propio de esta izquierda era convertir las acciones en objeto de informe, a tal punto, que la discursividad de los informes comenzó a sustituir a la acción. Esto tuvo como resultado un cambio de actitud en la producción de los relatos. La dirección política comenzó a ajustar sus decisiones en función de las ensoñaciones discursivas de la Secretaría General. El Informe era distribuido impreso a mimeógrafo entre los cuadros políticos. Ellos lo leían y lo traspasaban a las bases. El “inconsciente mimeográfico” operaba como productor político, asentado en la visibilidad de una merma de transmisión discursiva. Hay que entender que el mimeógrafo fue concebido para satisfacer las necesidades de editorialidad interna de las instituciones. En particular. es la tecnología comunicacional de la gestión administrativa (escolar, universitaria, empresarial, gubernamental) en la época pre-electrónica.
Septiembre 2005